martes, noviembre 28, 2006

Una luciernaga


Es tan fea la envidia que
siempre anda por el mundo disfrazada,
y nunca más odiosa que cuando
pretende disfrazarse de justicia.
Jacinto Benavente

Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga.
Ésta huía rápido con miedo de la feroz predadora y la serpiente al mismo tiempo no desistía.
Huyó un día y ella la seguía, dos días y la seguía...
Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente:
- ¿Puedo hacerte tres preguntas?
- No acostumbro dar este precedente a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar contestó la serpiente...!!
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia preguntó la luciérnaga?
- No, contestó la serpiente...!!!
- ¿Yo te hice algún mal dijo la luciérnaga?
- No, volvió a responder la serpiente.
- Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?
- ¡¡¡Porque no soporto verte brillar...!!!

Esta historia refleja algo que en el fondo casi todos sentimos de algo o alguien en algún momento de nuestra vida. Es esa especie de sufrimiento (normalmente, secreto) que nos produce el éxito ajeno.

Cuando estamos enfermos miramos mal a los que rebosan salud, cuando tenemos problemas con nuestra pareja nos fijamos en las que funcionan como el primer día y cuando padecemos problemas económicos no soportamos a los que nadan en la abundancia.

La envidia es una sensación desagradable que ocasiona conductas desagradables para los demás. Tradicionalmente ha sido considerada uno de los siete pecados capitales.

Su origen esta en el vocablo latíno invidere que significa: ?ver con malos ojos? en el que se desea poseer lo que tiene otro y al no poder tenerlo, nos sentirnos inmensamente dolidos e indignados porque lo consideramos injusto.
Nos guardamos muy bien, Incluso en nuestro fuero interno, de reconocer que padecemos envidia. Pocas cosas hieren y descalifican más que decirle a alguien: "Tú lo que tienes es envidia". pero, ¿por qué siempre esa negación?. Porque denota un sentimiento de inferioridad que no admitimos, porque nos sentimos incapaces de reconocer unas limitaciones que interpretamos como signos de debilidad, porque no podemos aceptar que la infelicidad no se debe a todo aquello de lo que carecemos sino a que no saber valorar lo que tenemos.
La admiración a determinadas personas, no significa tenerles envidia, es saber valorarlas y valorarse.

Lo mejor es no vivir pendientes de lo que no tenemos. Practiquemos la contemplación en su sentido más profundo, el deleite por lo que se tiene, el redescubrimiento gozoso de lo que nos rodea: las personas que queremos, la naturaleza, las pequeñas cosas entrañables, nada perdemos cuando a otros les va bien. O darnos cuenta de que compararse con los demás casi siempre resulta estéril. Nuestro mejor punto de referencia somos nosotros mismos. Establezcamos metas en función de nuestras posibilidades, no de lo que otros han conseguido. Podemos considerar que hemos superado la envidia cuando nos alegramos del éxito o la buena suerte de los demás.
Para prevenir
1.-NO MIRES A LOS LADOS, MIRA AL FRENTE.
· No te compares con nadie, pues siempre encontraremos a una persona que tiene mas que nosotros El secreto consiste en mirar hacia adelante y hacia arriba, no hacia los lados.
2.-NO FIJES TU ATENCION EN LO QUE NO TIENES:
· Si miramos lo que tenemos, veremos que poseemos mas riquezas de las que creemos y en la mayoría de los casos mas de las que necesitamos. Disfrutémoslas y demos gracias a la vida por lo que tenemos.
3.-NO DIFAMES A LOS DEMAS.
· Nunca hables mal de otra persona porque te incomode su riqueza o su bienestar. La envidia generalmente alimenta nuestros peores sentimientos y nos impulsa a tomar actitudes muy equivocadas. Mas bien, ocúpate mejor de tus asuntos y de hacerlos prosperar.
4.-NO TE SIENTAS BIEN POR LA DESGRACIA AJENA:
· Cuantas veces cuando una persona a la que envidiamos tiene un revés y decimos; yo lo sabia, algún día tenia que caer, esa la justicia divina. Todo lo que deseas a otro... se te devuelve a ti.
· Establecer en la infancia relaciones correctas y equilibradas con los demás niños .

Una de las leyes que sostiene el balance en el universo es la ley del merecimiento. Nadie tiene o recibe algo que no merecido primero, algo hicimos o dejamos de hacer para tener o experimentar algo. Si deseamos cambiar o mejorar las circunstancias de nuestra vida... tenemos que cambiar nuestra forma de actuar frente a la vida.

Concentrémonos en nosotros mismos, para que podamos disfrutar la vida, evitemos tomar a los otros como un punto de referencia para saber cuan felices somos. Alegrémonos con los triunfos ajenos, de esta manera, nos sentiremos mejor con nosotros mismos y con la vida
No dejes de brillar, continúa siendo tú mismo, continúa y sigue dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te hieran, sigue brillando y no podrán tocarte... porque tu luz seguirá intacta.
Tu esencia permanecerá, pase lo que pase.....
Se siempre auténtico, aunque tu luz moleste a los predadores!!

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