miércoles, octubre 17, 2007

Aprendizaje de Convivencia


Si el día tiene 24 horas y dormimos como mínimo 6, tenemos una jornada laboral de 8 y el desplazamiento hacia el trabajo nos toma por poco una hora, el 50% del día lo pasamos en la oficina, y en ella tenemos que interactuar con otras personas que son nuestros compañeros.
En un taller sobre apoyo social, repartieron un documento con unas reflexiones en forma de carta, cuyo remitente puede ser cualquiera de nosotros.
Calidez, comprensión y respeto mutuo nos permitirá generar procesos de mejor calidad de vida para todos.

Carta de un compañero:
Mírame como a un ser humano que está en proceso de ser mejor, soy como tú, tengo una historia llena de momentos extraordinarios y exigentes, con virtudes y defectos, fortalezas y debilidades que necesito comprendas.
Por favor ten en cuenta que en ocasiones cuando me saludas o me miras y no te respondo, probablemente estoy pensando o tratando de solucionar alguna situación que debe ser resuelta en ese momento y no porque tenga algo contra ti; salúdame o contéstame el saludo cuando lo prefieras, sin embargo recuerda que saludar es dar salud, además es el primer paso para una relación cordial y respetuosa.
No te pongas de mal genio cuando te llamo o me acerco, pues nuestra relación de trabajo necesita comunicación, se que tienes muchas presiones y ocupaciones pero nos necesitamos mutuamente para que la labor funcione.
Cuando hemos hecho acuerdos para el manejo de una información, una tarea, un proceso o una colaboración cumplamos con ellos, son la base para el desarrollo de la confianza y el apoyo recíproco; recuerda que de nuestro trabajo en cadena y bien hecho desde la primera vez, depende el éxito de todos.
El ejemplo enseña y arrastra más que las órdenes. Si actuamos bien, tenemos la autoridad moral para exigir lo mismo de los demás. Se una persona “compañera”.
El trabajo no obliga a la amistad personal pero sí al “compañerismo”, para que las muchas horas que pasamos en la empresa sean gratas para todos. Si digo o hago algo que no te gusta; no hables a mis espaldas.
Acepto que me expreses con naturalidad y directamente lo que te gustaría que mejorara.
Yo haré lo mismo contigo y así, sin juzgarnos, descalificarnos y sin herirnos, con ánimo de apoyarnos mejoraremos cada día. veces cansancio como tú, problemas como tú, exceso de trabajo como tú y por favor no me menosprecies; los dos tenemos valores y talentos.
Seamos COMPAÑEROS, para que nuestra vida diaria de trabajo sea cada día de mejor CALIDAD!!!!!.
Hasta aquí la carta, como colofón algunas REFLEXIONES del sentido común que es el menos común de los sentidos.

Aprendí...

Que la mayoría de las cosas por las que me preocupo, nunca suceden; que nunca hay que dormirse, sin resolver una discusión pendiente y que las personas son tan felices como deciden serlo.
Que la mejor y más rápida manera de apreciar a otras personas es tratando alguna vez de hacer su trabajo; que el odio es como el ácido, termina destruyendo al recipiente que lo contiene y que la mejor manera de valorar algo, es carecer de ello por un tiempo.
Que tengo derecho a enojarme, eso no me da derecho a ser cruel; que muchas veces no es suficiente el perdón de los demás, debo aprender a perdonarme a mi mismo.
Se hace necesario saber PERDONAR y es que perdonar es la experiencia más maravillosa que un ser humano puede experimentar porque perdonar es recordad sin dolor.
Aprendí que porque dos personas discutan, no quiere decir que no se amen; y que no discutan, no quiere decir que se amen.
Aprendí que dos personas pueden observar al mismo objeto, y ver cosas diferentes; que credenciales, títulos, no me hacen una persona decente; que es bueno estar satisfecho con lo que tenemos, pero nunca con lo que somos.
Aprendí que lo importante no es llegar a la cima sino el proceso del ascenso, pues es en éste proceso donde uno se encuentra con las dificultades reales que hace que la cumbre sea solo el cumplimiento de un objetivo más y es en ese transcurso cuando nos damos cuenta de cuan importante es TRABAJAR EN EQUIPO, SACRIFICARSE POR LOS OTROS, NO RENUNCIAR, SUPERAR DIFICULTADES.
Pues en el ascenso de nuestras vidas es donde más tiempo pasamos ya que en la cima solo se puede estar un SEGUNDO.
Ejemplo de esto es el alcanzar la cumbre del Everest.
Se dura tres meses en la subida y solo se puede estar en la cima solo unos minutos.
Todo, porque en las cimas no están las condiciones necesarias para vivir y además, cuando estoy en ella tengo la capacidad de ver otros horizontes que me MOTIVAN a conocer más ALLÁ y para lograrlo hay que BAJAR DE NUEVO y volver a iniciar el proceso de ASCENSO a los otros horizontes.
Esta es la dinámica que llena la bitácora de la VIDA.

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